Registro Contracultural es una plataforma web, que archiva y exhibe prácticas artísticas que desbordan la institucionalidad del arte en Chile, tomando como partida las sexualidades no heteronormativas y las luchas feministas, que se entrecruzan en festivales de arte, la noche bohemia, encuentros de performance, marchas, entre otros. Expresiones artísticas que tomaron mayor relevancia durante el estallido social del 2019 y que Registro Contracultural busca resguardar como repertorio epistémico de la disidencia social, política y sexual frente a las violaciones de los DD.HH. por parte del Estado chileno y las fuerzas armadas y de orden público. Estos lineamientos no solo cuestionan la memoria de la identidad nacional del país, sino que también proponen un archivo abierto a posibilidades de nuevas lecturas para entender nuestro pasado situado. En este sentido, este archivo contracultural pretende exhibir prácticas marginales y contraconductuales, de relatos polifónicos, no hegemónicos y no constituidos en la memoria oficial del arte en Chile, como lo explica la filósofa Alejandra Castillo:
“Si el archivo de las memorias nacionales durante el siglo veinte anotó y guardó, hoja tras hojas, los intereses de los hombres blancos de las clases altas, si el archivo de la izquierda latinoamericana consignó vivamente la gesta revolucionaria heroica y masculina, el archivo de la izquierda de la disidencia sexual tendrá como soporte al cuerpo y su política será la de la imagen.” (Castillo, 2015).
Dentro de esta lógica, el Registro Contracultural hilvana trazos de las prácticas artísticas desde sus imágenes, cuerpos y sensibilidades, un repositorio de consignación en la imagen, recorriendo lugares heterogéneos, testimonios que migran fragmentariamente contra el relato estático y hegemónico del arte y la nación, como un archivo en contrabando o archibollo: concepto utilizado por Paul Preciado para referirse a una gran cantidad de archivos, referencias, teorías y biografías de la disidencia sexual que se mantienen en una constante indeterminación, fluidez, contaminación y tráfico entre distintos hemisferios, identidades, culturas y políticas en tiempos de globalización y capitalismo postfordista. (Preciado, en Miradas sobre sexualidad en el arte y la literatura del, 33-46). De acuerdo a esto, las prácticas ahondadas excederán los repositorios tradicionales, subvirtiendo las normas de lo inscrito, en palabras de la Doctora en Ciencias Sociales Flavia Costa, dislocando “la técnica, tradicionalmente asociada al hacer reproductivo, o bien se identifica con la alienación de las masas” (Costa, Poéticas tecnológicas y pulsiones de archivo. 99).
Las mujeres, maricas, lesbianas, travestis, trabajadoras sexuales, afrodescendientes y personas con discapacidad son constantemente omitidos en el discurso de la macropolítica de los sujetos sanos, burgueses, blancos, reproductivos y alineados con las normas de la nación falocéntrica, masculina y heterosexual, de acuerdo a lo expuesto por el Doctor en Historia Mathias Danbolt: “La omisión de material relacionado con la sexualidad dentro de los archivos basada en principios «morales»”(Danbolt, Influyendo en la historia: relaciones de archivo en el arte y la teoría Queer. 10). En definitiva, Registro Contracultural se convierte en un archivo de la memoria de los sujetos invisibilizados, no normativos, desbordando los cánones convencionales que rigen el relato macropolítico de la sexualidad, el cuerpo y el género, dando protagonismo a los sujetos subalternos, despreciados y comúnmente situados en el borde marginal, como militantes y artistas disidentes/feministas. En palabras de la psicoterapeuta y crítica de arte brasileña Suely Rolnik, la potencia de un archivo contracultural radicaría en la alteración del devenir histórico dominante:
“(…) entre la cartografía dominante, con su relativa estabilidad, de un lado, y la realidad sensible en permanente cambio del otro lado, producto ésta de la presencia viva de la alteridad como campo de fuerzas que no cesa de afectar a nuestros cuerpos. En este proceso, la cartografía vigente se vuelve demasiado estrecha o inadecuada, cosa que tarde o temprano termina por provocar colapsos de sentido” (Rolnik, Furor de Archivo.47) .
Por otra parte, un archivo contracultural situado desde Latinoamérica, comporta distintas opacidades debido a que en Latinoamérica se instala de forma diferenciada a los archivos del euro-norte, producto de su emergencia con los denominados «archivos de la represión», fondos documentales, privados o públicos, que centraron su trabajo en relación a la represión ejercida por las dictaduras cívico-militares, permitiendo reconocer la existencia del terrorismo de Estado y la responsabilidad en los atropellos de los derechos humanos de los detenidos desaparecidos. En este sentido, los archivos queer son máquinas políticas de derechos humanos, yaciendo en estos los documentos y huellas que expresan la persecución y el dolor, entrecruzando tácticamente las memorias en fractura por las dictaduras latinoamericanas, y que en la transición democrática, activaron múltiples voces en denuncia contra los Derechos Humanos atropellados. Parafraseando a Richard, el archivo queer es un arcóntico fragmentado y desigual que salvaguarda los resquicios parias dejados en dictadura, interconectando y torciendo “(…) Las huellas de miseria humana y degradación social, de caos psíquico y arruinamiento corporal, de humillación moral y aniquilamiento biográfico, que sobrevivieron a penas al operativo militar de destrucción y refundación nacionales” (Richard, lo político y lo crítico en el arte. Artistas mujeres bajo la dictadura en Chile, 46).
Finalmente, cabe destacar que un archivo de performance en un soporte virtual implica una nueva forma de acceder al mensaje por parte del receptor, considerando internet como un importante espacio de encuentro social, que toma gran relevancia bajo el contexto sociocultural actual. Además, la página web, es un soporte ideal para mostrar este tipo de construcción multimodal que es la performance. Porque entrega la posibilidad de albergar en un mismo sitio y de manera simultánea los diferentes códigos de significación. En relación a esto, la Doctora en pedagogía del discurso Dulce María Santamaría (2015) expresó:
“La multimodalidad hace uso de aplicaciones de la red de internet y estas incluyen la competencia que modifica el espacio de aprendizaje y lo cambia con las nuevas tecnologías expuestas por la plaza bajtiniana, este último término acuñado por Bajtin (2011), para referirse a los distintos contextos de discusión que giraron alrededor de las letras y la literatura y que luego es retomado por el internet para referirse a la plaza telemática (espacio de convergencias humanas, que desde la virtualidad entran en discusión). En este ámbito, el conocimiento se construye con el diálogo de múltiples intersubjetividades, creando una polifonía de voces que comparten saberes, experiencias, ideologías y posicionamientos diferentes frente a la vida y a los espacios societales (…)” (Santamaría, Mayo-agosto, 2015. Multimodalidad y discurso educativo. Revista Electrónica Educare, 19(2), 105-118).
REGISTRO CONTRACULTURAL DEL ESTALLIDO SOCIAL
Todo comenzó con el alza de las tarifas del sistema público de transporte que entró en vigencia el 6 de octubre del 2019, hecho que agitó a miles de estudiantes organizados a realizar evasiones masivas en distintos puntos del metro de la ciudad de Santiago, acrecentando el descontento de la población día a día, hasta explotar el viernes 18 de octubre. En respuesta, el ex Ministro del Interior interpuso la Ley de seguridad del Estado contra los manifestantes, desatando más disturbios y protestas que denunciaban la precarización de la vida en Chile. Debido a los bajos sueldos mínimos, sumado un mal sistema público de salud, educación y otras injusticias, se propició un escenario devastador que decantó después de treinta años de resistencia y tensiones sociales, lucha por a las desigualdades impuestas por un sistema neoliberal, avalado por la constitución creada durante la dictadura de Augusto Pinochet, que impuso una estructura social basada en el consumo de la oferta y la demanda que terminó privilegiando sólo a una mínima parte de la población, por lo que la Revuelta comenzó a exigir una nueva Constitución. Violencia y descontento que aumentaron el sábado 19 de octubre cuando el Presidente Sebastián Piñera impuso el “Toque de queda”, trayendo al recuerdo memorias de un pasado oscuro y sangriento de la historia nacional.
Desde Septiembre del año 2018, el equipo del proyecto Registro Contracultural ya se encontraba registrando prácticas artísticas relacionadas principalmente a movimientos disidentes y de la diversidad sexual, más centrado el la actividad nocturna y underground. Durante el 2019, se intensificó la fuerza del movimiento feminista con las marchas estudiantiles, y mientras la presión social aumentaba, el archivo creció exponencialmente, nutriéndose principalmente de registros de performance y con ello surge la necesidad de organizar la información, fue así como comienza a gestarse una plataforma web en el mes de Agosto. Una vez que estalló el descontento social el 18-0, las acciones de arte se tomaron la vía pública y Registro Contracultural sale a registrar a la calle, poniendo también los cuerpos de sus integrantes en la lucha, siendo testigos de las demandas sociales en el cuerpo biográfico de los artistas, muchas veces en colectivo, en contacto con los manifestantes, en una catarsis de descontento y arte, que se desarrolló principalmente en los alrededores de la Plaza de la Dignidad y el centro de Santiago. En este sentido, los registros capturados constan de un retazo histórico de nuestro pasado reciente, albergando un repertorio político-social de las prácticas artísticas realizadas en el estallido social, involucrándose en los hechos, o parafraseando al crítico de cine estadounidense Nichols Bills, Registro Contracultural “participó en la vida de los demás, obteniendo una impresión corporal o visceral respecto a cómo se ve la vida en un contexto dado, y después reflexiona en esta experiencia” (2003). Según esto, los hechos acaecidos durante el 2019, obligaron a migrar hacia nuevas formas de relacionamiento social, donde artistas y ciudadanos convergieron en acontecimientos, habitando juntos el espacio público, haciendo frente a la represión del Estado chileno. Y bajo aquel contexto, Registro Contracultural también compartió esos espacios peligrosos, complicitando con los artistas para registrar sus acciones, siendo parte del acontecimiento, más que un mero espectador o como diría Bills:
“La presencia de la cámara “en la escena”, da testimonio de su presencia en el mundo histórico. Esto afirma una noción de compromiso o involucramiento con lo inmediato, íntimo y personal, cuando esto sucede. Esto también afirma una noción de fidelidad para con lo que ocurre, que puede pasar de los eventos a nosotros, como si simplemente acontecieran”(Bill, Nichols.2003:204).
En este sentido, el trabajo de Registro Contracultural busca preservar y retratar nuestra historia reciente desde una mirada presencial y partícipe, no desde una posición de observador distanciado de la realidad como en la clásica antropología eurocéntrica, sino más bien, desde una antropología social feminista encarnada en los hechos sucedidos, trazando líneas anteriormente invisibilizadas por los relatos del Estado Nación, dando cuenta de nuevos actores sociales en la arena político-artística, las mujeres, homosexuales, travestis, cuerpos diversos, activadores de visualidades insurrectas, que a su vez convergieron en demandas colectivas en contra de la precarización de la vida, en un acontecimiento histórico de Chile. Podemos decir que el trabajo de Registro Contracultural está planteado desde una mirada del individuo y la comunidad, o según afirma la socióloga y antropóloga feminista Márgara Millán:
“(…) la reflexión sobre la relación individuo-comunidad, el autocuestionamiento, la interrogación sobre la propia identidad en desavenencia u oposición a los contenidos del orden simbólico falogocéntrico. El cine feminista y mucho del cine hecho por mujeres, así como el de otros movimientos como el cine gay, lésbico, negro, chicano, comparten con el cine de vanguardia y con el cine contracultural, experimental o de arte, la impronta por transgredir las formas habituales de la representación cinematográfica en busca de representar lo diverso; interesados en mostrar personajes más cercanos a la experiencia propia a contrapelo” (Millán, Márgara. Derivas de un cine femenino, 1999:39).
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, Registro Contracultural busca plasmar un trabajo documental transfeminista del estallido social, con figuras clave de la sociedad civil y artistas que activaron sus cuerpos desde el arte durante la revuelta social, abriendo la mirada a nuevas formas de abordar nuestro pasado reciente, poniendo el foco en voces enmudecidas que el estallido social hizo emerger como encarnación de la lucha, desde los propios implicados en las demandas históricamente olvidadas.
QUIENES SOMOS (EQUIPA 2020)
Somos un equipo multidisciplinario, que genera y almacena registros audiovisuales, para difundir y disponibilizar material de referencia para artistas, historiadores, productores, medios de comunicación, críticos de arte y público en general. Buscando resguardar estas acciones de arte por su valor epistemológico y patrimonial.
NUESTRA PLATAFORMA
Registro Contracultural está contenido en un sitio web, de acceso público, implementado desde una plantilla Wordpress, bajo el dominio registrocontracultural.cl. Este formato permite transmitir el mensaje de manera multimedial, con videos, fotografías, audios, fichas técnicas, biografías, notas de prensa, relatos. Y por otro lado, nos permite escapar de la censura de las redes sociales, debido al contenido sensible en varias de las obras, por mensaje político, desnudos, entre otros.
El archivo audiovisual del Registro Contracultural, contiene material propio y externo. Los registros propios son realizados en formato digital, generalmente a dos tomas, en formato HD, 1080p y en algunas ocasiones se complementa con grabaciones de smartphones. Luego se genera un montaje, procurando respetar la continuidad de la acción y la intención del artista. Los registros externos se aceptan en la medida que cumplen con el estándar de calidad técnica, haciendo excepción en caso de que la calidad se altere por razones artísticas o si a acción es demasiado relevante en contenido e impacto. Además, guardamos copia de todos los videos en un disco externo de respaldo para su preservación.
En la web, cada registro es acompañado de una ficha técnica que incluye datos generales y créditos de la acción, procurando incluir a todos quienes hayan participado. Generalmente, también se adjunta un texto descriptivo de la obra, incluyendo comentarios, notas de prensa, referencias o citas que ayuden a comprender y/o profundizar en su contenido, trabajando siempre en comunicación con el artista. Para apoyar la difusión, el material se comparte en instagram y facebook.
Texto construído colaborativamente por la equipa de Registro Contracultural.